miércoles, 27 de mayo de 2009

'Bedford'

Bedford (2004) es un cortometraje realizado por Andrés Sanz que rodó por la web, dando la vuelta al mundo haciendo eco con un argumento breve y llamativo.
Vale la pena un sorbito de su inspiración.


Chemical Party

Cualquier reclamo, diríjase al salón 69, laboratorio de química.


La Alegoría del Cosmos

Óscar López es el nombre de un amigo que vive actualmente en New Yersey. He hablado tantas cosas con él y he aprendido tanto, que retribuirle con una memebresía de amistad es apenas lo mínimo. Le debo el gusto por la astronomía y por la conciencia de leer un libro tan fantástico como lo es Cosmos de Carl Sagan.
Óscar López es un colombiano de corazón y un gringo por necesidad. Un hombre con gran creatividad y talento, que a pesar de ser empírico, no deja de ser admirable. Un hombre que extraña su tierra y que apacigua sus días con la fineza del saber histórico, del saber científico, de la música y de la pintura.
Óscar López es el autor y protagonista hoy de mi entrada, pero más que por sus pinturas, es por lo que a él he de retribuirle hasta el cansancio: su conocimiento.



Lovers and Madmen



Supernova Explosion, Red Giant.



Deep Purple Planet. Perhaps "TITAN"



The Greeks Legacy



Neogalaxia




Coralino Cósmico



Contracorriente



Lágrima de Dios



martes, 26 de mayo de 2009

Le Orme

En un detrimento de satisfacción musical, en uno de esos 'a solas' con la música, me acordé que hace mucho quería promulgar mi aprecio por una banda italiana de rock progresivo de los 70's llamada Le Orme, cuyo primer álbum - Ad Gloriam* -, fue el gran detonante para elegir mi segundo pseudónimo - como apellido -, siendo pues, Éride Gloriam.

Como es tan pertinente, no sobra adjuntar algunos vídeos para conocer su decencia musical y embellecer esta patética entrada.








* Locución latina: Ad Gloriam! - "¡Por la Gloria!"

De esos que te irritan de malestar

Un día como cualquiera, te subes al bus. Agobiado por los quehaceres del día y con la mente perdida, te sientas. A medio camino, sientes la asquerosa necesidad de tirarte un pedo, de esos que irritan y acongojan el estómago con punzadas de dolor y ansiedad.
Piensas: "aguanta, aguanta... ¡el bus va lleno!...". Entonces, escuchas que la música tiene un volumen bien alto y decides comenzar a pedorrearte al ritmo de ésta.
Después de un par de canciones, te comienzas a sentir mejor, pero aún te quedan pedos por soltar. Con un gran esfuerzo y con la música como escudo... ¡Sueltas ese enorme pedo que te tiene sufriendo! ¡Oh, descanso! y piensas: "Seeeee..... por fin...."
Ya aliviado, se acerca la parada en la que te debes bajar, y al levantarte sientes montones de miradas que te hacen sentir mal.
En el momento justo de que te estas bajando del bus...

recuerdas que....

¡¡ ESTAS ESCUCHANDO TU IPOD !!

lunes, 25 de mayo de 2009

"Más allá del Big-Bang"

El Universo (The History Channel) se transmite en Colombia los miércoles a las 9 pm. Este programa es bastante escueto en su divulgación de temas tan interesantes como "Universos Paralelos" y otros que personas como yo - que no soy científica pero gusta mucho de la ciencia y la astronomía - tenemos el placer de ver y sorprendernos con sus chorros luminosos de información.

La teoría del Big-Bang, por otro lado, es un tema bastante amplio y que me genera mucha intriga. Este programa, diseñado para Dummies y para expertos, es apenas un esbozo de una teoría que afectó exponencialmente la concepción del universo que teníamos.

Un poco de comodidad en vuestra silla y un poco de tiempo libre (para ser exactos 1 hora, que no es tan poco) El siguiente enlace está situado dentro de la lista de reproducción del programa completo, por lo que prodréis ver todas las partes hasta la No. 9.

LISTA DE REPRODUCCIÓN "MÁS ALLÁ DEL BIG-BANG"

Parte (1/9)

domingo, 24 de mayo de 2009

Megalómanos blancos y algunos puntitos



Pum Pum


"¡Abre la puerta ahora mismo! Te gustaría mucho que explotara mi pobre vejiga, ¿no? ¡Ábrela por las babas del perro!"


Señora Lustafán se duchaba. Pobre hombre,
Señor Lustafán, aguantando la presión hidráulica más incómoda que su pradera baja pudiese tener. Y lo peor es que no le oía, pues la doña acostumbraba retumbar las paredes del baño con escabrosas ondas electromagnéticas, las cuales guardaban el mismo ritmo que la abuela Polocia le había inculcado alguna vez.

"Lucía, por el éxtasis de las olas al chocar con la ribera... ¡Abre la mal nacida puerta!" gritó don Lustafán escupiendo sobre la puerta blanca del baño.
"Ah ah aaahhh!" escuchó en las entrañas lapidadas
de la regadera.
"aaahhh uuuhhh" gritaban los fantasmas que
trataban de callarse cerca de alguna pared. Al escuchar tal sonido y antes de pronunciar palabra, Sr Lustafán se apretó con todas sus fuerzas la vejiga y con un color escarlata en sus mejillas, volvió a escupir la puerta, pero ahora con más fuerza: "No te voy a perdonar ésta, ¡granuja de lata!"
"¿Pero qué tanto refunfuñas Roberto? ¿bebiste otra vez?" Contestó Sra Lustafán con la voz muda y perdida por las paredes circundantes del vapor de agua y la música.


Él se sentó y decidió doblegarse ante la fue
rza de sus entrañas para trucar la necesidad de la orina. Sentado y apretando, siquiera podía moverse, empezó a hablar entre jadeos:
"... Cuando mi jefe me echó a la basura, siempre estuviste ahí. Pero pensé que tal apoyo era más de lo que esperaba. Tú, Lucía, que te encojes cuando la desgracia nos aborda junto con sus interminables batallones de mala suerte. Tú, Lucía, me has anclado en una sopa llena de sabores que no sé reconocer".
Un silencio lo cayó. Inhaló y exhaló profundo p
ara acomodar su cuerpo al discurso. A Sr Lustafán lo querían por bonachón, pero lo odiaban por su autoflagelación. Al Sr Lustafán lo consideraban un gran poeta, pero un falso amante. Al Sr Lustafán le gustaba más el vino de Bordeaux que un whiskey seco del rojo.

"¿Sabes qué me dijo Gabriela?, me dijo que me había esperado toda la noche para divagar por las cabinas del restaurante
viejo. No sé si me oyó, pero al querer explicarle me dio una cachetada de esas que se les pega a las nalgas de los recién nacidos. Fue un encuentro escabroso. Sentí que me congelaba de miedo. Pero ¿cómo explicarle que esa noche prefería quemarme con el fuego de tu cuerpo?..."
Sonó el teléfono, nadie contestó. Si había algún movimiento de parte de Sr Lustafán, su cuerpo se declinaría ante las mieles del desagüe. Aún caía el agua fuertemente contra el suelo del baño, como choque del las gotas incesantes de Octubre. La cama destendida en la que estaba sentado, guardaba en sus telas el tenue olor a sudor prolífero de feromonas incontrolables, y entre tantos espejos del costado, se reflejaban de las sábanas el cegador color blancuzco que contrastaba las paredes verdes irritantes.

"!Mierda! ya me acordé. Ya sé por qué me cacheteó." Entre alientos y risas, volvió a gritar el señor.
"¿Por qué seré tan poco sutil?, le conté cada detalle como si fuese un robot programado. Ni siquiera vacilé entre las palabras. Le conté lo de tu pequeño lunar en el vientre, lo de mis manos cruzando el bordeado de tus s
enos, lo de tus mejillas levantadas al besarte en tus abismos bajos, lo de la arruga zigzagueante de la tela testigo, lo del chasquido de dedos al morderte tus sueños, lo de la sombra bicorporal que se fraccionaba en los espejos tercos, lo de mi llanto espúmeo al contener mi bramido alto, y lo del rasguño bárbaro que tus uñas trazaban en mi espalda, al encontrarse con la muerte súbita de tus corpúsculos messnerianos, Lucía, en lo cálido de tu sexo..."
Se levantó suave, tratando de evitar que cualquier gota de a
moniaco escapase de su cárcel.

"Ah ah aaahhh!" volvió a oír por donde la imaginación le cruza. Alcanzó, con la tensión póstuma de sus gruesos brazos, la ración de escoba que le sirvió de lazo. Dejó que el fluido de sudor mudara hacia el pañuelo que el palo le había pasado. Se recostaba laxo por la orilla del armario y tiró con torpeza la matera de barro dibujada por su mano.

"Como te fijas ahora, Lucía, cualquier desventaja que tenga es buena. Supongo que de hallar otra vida habría clamado por buscar a alguien tan súbita y tan plena. Pero no. Te tengo. La tengo. Me tengo. No se
me ha perdido la cordura aún cuando me lo han pronosticado. Llevo mucho tiempo aquí Lucía, pero hasta ahora me han dolido dos cosas al tiempo... el alma y la vejiga. Lucía, dime... ¿Sólo han sido dos veces?". Quitó su mano de la salida utópica de su orina, cogió el portón camuflado de la puerta y cerró el puño hasta sentir el poder de sus uñas... Se dispuso a gritar: "¡He preguntado que si solo han sido dos!"

La puerta se abrió dejando escapar el vapor que conformaba la nube de exceso. Sale la gladiadora de las tormentas de limpieza; campante y elegante, presuntuosa y vistosa. Se condensa el ambiente
. El color se esfuma. Sr Lustafán la vio fuera, la miró a los ojos y le sonrió.
"Buenas noches Roberto. Discúlpenos la demora." ...
Sr Lustafán, ya sentado y habiéndole esquivado
mientras también salía del baño, contesta:
"No importa. Ya se me salió el alma en la boca insulsa del inodoro. ¿Sólo dos veces, Fernando?"
"Sí, el agua se interpuso. Era un doble disparo." Respondió el empapado amigo. "No se preocupe, igual estaba dispuesto a perfeccionar sus culminaciones cuando saliésemos del baño. Lucía está de acuerdo y aún tiene energía pero esta vez sólo para mí. Entonces le toca ver la tele y en la alcoba de huéspedes dejé unos cigarros." concluyó el mojado amigo, el amigo entrenado, el consuelo de amigo y el amigo cansado.
"Vete tranquilo Roberto. Seguro que esta noche conseguiré estremecerme más de dos veces. Y por favor dile a mi herma
na que no se moleste contigo. Esa noche cumpliste en penumbras de caricias frívolas, y en el don de las ramificaciones nerviosas, con la pintura cálida de cada noche envuelta por sábanas fibrosas"
concluyó la mojada amiga, la amiga entrenada, el consuelo de amiga, la amiga cansada.

y Pum Pum, cerrándose así, la puerta del baño


.


Para empezar...

Es una locura estar atada a los sentidos toda mi vida. Es una locura irreal, llena de químicos alteradores de conciencia, que mi sistema endocrino despliega sobre mi cuerpo.
¿Cómo no apreciar la lujuria de las imágenes propulsadas hasta nuestro intrincado cerebro de pensamientos y sensaciones? Vosotras mujeres, acompáñenme en este pequeño lapso de tentación y placer visual. ¿Quién dijo que nosotras no miramos ni degustamos?

Pdta(respuesta para Éride): "NO"



Henri Castelli



Bobby Momenteller




Benjamin Massing



Josh Jackes



Rodrigo Baldissarela



(?????????)




viernes, 22 de mayo de 2009

Paquito D'rivera

Esto es lo que llamo un buen Jazz! Cansándome ya de oir el clásico David Brubeck - y me sigue gustando, no malinterpretar - considero que este cubano, Paquito D'rivera , es un músico de gran talla. Los músicos que le acompañan son también grandes maestros.
En todo caso, lo dejo a vuestra interpretación. Entre gustos no hay... Sí señores, eso mismo.

Pdata: Por favor, Innana, por lo que más quiera... ¡Deje en paz mi blog!

lunes, 18 de mayo de 2009

La muerte de Mario Benedetti

Francamente he de decir que es una lástima que un escritor, poeta o novelista desaparezca de este mundo; porque aunque suene etéreo, son éllos nuestros verdaderos redentores en lo que a darle alguna figuración y concepción humana al mundo se refiere.

Mario Benedetti es uno de esos escritores que me hubiese gustado conocer en persona. No para halagarlo, pues es lo que le sobraba, sino para plantearle tantas preguntas como yo supiera que él podía responder o que, por lo menos, me podía dar otra acepción distinta de la vida, con la cual poder configurar la mía. Sea ésta acorde o discorde a la suya.

El caso es que ayer, 17 de mayo, murió a sus 88 años en Montevideo, según algunas fuentes, de una insuficiencia renal debido a su enfermedad intestinal que había estado padeciendo. Gran escritor de poesía y de cuentos - los cuales prefiero a sus poemas - que no debería escapar de nuestra memoria silenciosamente, cual aire de una llanta hacia el vacío.

He aquí uno de sus cuentos que son de mis eternos favoritos.

'Conciliar el Sueño'

Lo que ocurre, doctor, es que en mi caso, los sueños vienen por ciclos temáticos. Hubo una época en la que soñaba con inundaciones. De pronto los ríos se desbordaban y anegaban los campos, las calles, las casas y hasta mi propia cama. Fíjese que en mis sueños aprendía a nadar y gracias a eso sobreviví a las catástrofes naturales. Lamentablemente, esa habilidad tuvo una vigencia sólo onírica, ya que un tiempo después pretendí ejercerla, totalmente despierto, en la piscina de un hotel y estuve a punto de ahogarme.

Luego vino un periodo en que soñé con aviones. Más bien, con un solo avión, porque siempre era el mismo. La azafata era feúcha y me trataba mal. A todos les daba champan, menos a mí. Le pregunté por qué y ella me miró con un rencor largamente prolongado y me contestó: «Vos sabés bien por qué». Me sorprendió tanto aquel tuteo q
ue casi me despierto. Además, no imaginaba a qué podía referirse. En esa duda estaba cuando el avión cayó en un pozo de aire y la azafata feúcha se desparramó en el pasillo, de tal manera que la minifalda se le subió y pude comprobar que abajo no llevaba nada. Fue precisamente ahí cuando me desperté, y, para mi sorpresa, no estaba en mi cama de siempre sino en un avión, fila 7 asiento D, y una azafata con rostro de Gioconda me ofrecía en inglés básico una copa de champán. Como ve, doctor, a veces los sueños son mejores que la realidad y también viceversa. ¿Recuerda lo que dijo Kant? «El sueño es un arte poético involuntario.»

En otra etapa soñé reiteradamente con hijos. Hijos que eran míos. Yo que soy soltero y no los tengo ni siquiera naturales. Con el mundo como
está. Me parece un acto irresponsable concebir nuevos seres. ¿Usted tiene hijos? ¿Cinco? Excuse me. A veces digo cada pavada.
Los niños de mis sueños eran bastante pequeños. Algunos gateaban y otros se pasaban la vida en el baño. Al parecer, eran huérfanos de madre, ya que ella jamás aparecía y los niños no habían aprendido a decir mamá. En realidad, tampoco me decían papá, sino que en su media lengua me decían «turco». Tan luego a mí, que vengo de abuelos coruñeses y bisabuelos lucenses. «Turco vení», «Turco, quero la papa», «Turco, me hice pipí». En uno de esos sueños, bajaba yo por una escalera medio rota, y zas, me caí. Entonces el mayorcito de mis nenes me miró sin piedad y dijo: «Turco, jodete». Ya era demasiado, así que desperté de apuro a mi realidad sin angelitos.

En un ciclo posterior de fútbol soñado, siempre jugué de guardameta o golero o portero o goalkeeper o arquero. Cuántos nombres para una sola calamidad. Siempre había llovido antes del partido, así que las canchas estaban húmedas y era inevitable que frente a la portería se formara un laguito. Entonces aparecía algún delantero que me fusilaba con ganas y en primera instancia yo atajaba, pero en segunda instancia la pelota mojada se escabullía de mis guantes y pasaba muy oronda la línea de gol. A esa altura del partido (nunca mejor dicho), yo anhelaba con fervor despertarme, pero todavía me faltaba escuchar cómo la tribuna a mis espaldas me gritaba unánimemente: traidor, vendido, cuánto te pagaron y otras menudencias.

En los últimos tiempos mis aventuras nocturnas han siso invadidas por el cine. No por el cine de ahora, tan venido a menos, sino por el de antes, aquél que nos conmovía y se afincaba en nuestras vidas con rostros y actitudes que eran paradigmas. Yo me dedico a soñar con actrices. Y qué actrices: digamos Marilyn Monroe, Claudia Cardinale, Harriet Anderson, Sonia Braga, Catherine Deneuve, Anouk Aimée, Liv Ullmann, Glenda Jackson y otras maravillas. (A los actores, mi Morfeo no les otorga visa.) Como ve, doctor, la mayoría son veteranas o ya no están, pero yo las sueño como aparecían en las películas de entonces. Verbigracia, cuando le digo a Claudia Cardinale, no se trata de la de ahora (que no está mal) sino la de La ragazza con la valiglia, cuando tenía 21. Marilyn, por ejemplo, se me acerca y me dice en un tono tiernamente confidencial: «I don't love Kennedy. I love you. Only you». Sepa usted que en mis sueños las actrices hablan a veces en versión subtitulada y otras veces dobladas al castellano. Yo prefiero los subtítulos, ya que una voz como la de Glenda Jackson o la de Catherine Deneuve son insustituibles.
Bueno, en realidad vine a consultarle porque anoche soñé con Anouk Aimée, no la de ahora (que tampoco está mal) sino la de Montparnasse 19, cuando tenía unos fabulosos 26 años. No piense mal. No la toqué ni me tocó. Simplemente se asomó por una ventana de mi estudio y sólo dijo (versión doblada): «Mañana de noche vendré a verte, pero no a tu estudio sino a tu cama. No lo olvides». Como voy a olvidarlo. Lo que yo quisiera saber, doctor, es si los preservativos que compro en la farmacia me servirán en sueños. Porque ¿sabe? no quisiera dejarla embarazada.

Mario Benedetti
.


jueves, 14 de mayo de 2009

¿Cómo vengarse del ladrón de tu celular?

Una de las cosas más inhóspitas y desconsideradas de la vida es que te roben. Un robo, para mí y para todos, representa la cosa más sucia y degenerada de este mundo... sea un robo cualquiera, es peor que la mentira, es por unanimidad, la primera razón en la lista de razones para maldecir al artífice con las groserias más potentes de nuestra lengua. Y casi siempre nos duele el hecho de ser impotentes a la hora de perder nuestros amados objetos.
"Ah, no importa! ¡Son cosas materiales!" "Fresca, las cosas van y vienen, lo importante queda" "Tranquila que ese hp lo va a castigar la vida" ... bla bla bla... Nos consolamos con estas y otras millares de oraciones para sentirnos mejor. Pero TODOS ustedes saben muy bien que las decimos y al rato sentimos un sabor áspero y ácido, lleno de rencor y odio hacia esos espécimenes llamados 'rateros', 'ladrones', 'choros', 'raponeros', 'atracadores', etc. No somos más que unos hipócritas que evadimos el dolor y el rencor de la pérdida. Aunque tampoco es para que se tomen un vaso de cianuro o queden traumatizados por el resto de sus vidas; simplemente, si hay que odiar a alguien - omitiendo los odios particulares de cada quien - debe ser a los rateros. Y por lo menos odiarlos el mismo día que os ultrajaron y luego olvidarlos como malos recuerdos que siempre enterramos con facilidad.

Hace poco me robaron el celular y debí haberme acordado de un truco para que ese bastardo se quede con las ganas de usar mi celular. Seguro que con el nuevo que tenga, ya tendré la medida bien asegurada. Poner atención a lo siguiente:

Marca al *#06# tal cual. Luego aparecerá en la pantalla un código, único en el mundo, el cual identifica el número de serie del teléfono (IMEI). Anótalo y consérvalo en un lugar seguro. Si se te pierde el móvil o si TE LO ROBAN, dale este numero al operador de tu compañía para bloquear el celular completamente, por lo que quedará inservible aunque el ladrón cambie la tarjeta SIM. El celular no volverá, pero tendrás la seguridad de que el querido ladronzuelo no podrá utilizarlo nunca.

Y así, de una forma menos inútil e igual de tranquilizante que el insulto, podrás vengarte del ladrón de tu celular y decir un plácido:
¡Ha - Ha!